¿Qué hay detrás de Shein y Temu? Sombras detrás de los precios bajos

Shein y Temu se destacan por los precios bajos, incluso casi irrisorios. Pero que se esconde detrás de una industria que puede ofrecer precios tan económicos, cientos de regalos y cupones. Alguna vez ¿Te lo haz preguntado? 

En los últimos años, plataformas como Shein y Temu se han popularizado por ofrecer ropa y productos a precios extremadamente bajos. Sin embargo, detrás de esta aparente accesibilidad, existen acusaciones graves de explotación laboral y violaciones a los derechos humanos, especialmente en fábricas de China.

Comencemos por saber quienes son Shein y Temu y quienes están detrás de estos dos gigantes

Shein es una empresa china de moda ultra rápida, con envíos directos desde sus fábricas al consumidor. Su modelo permite lanzar miles de prendas nuevas semanalmente. Fue fundada por Chris Xu, quien ahora además es el CEO de Shein. El empresario mejor conocido como Xu Yangtian antes de fundar Shein, cofundó una empresa de comercio electrónico llamada Nanjing Dianwei Information Technology. 

Temu, por su parte fue lanzada en el año 2022 por el grupo PDD Holdings (propietarios también de Pinduoduo), es una plataforma de comercio electrónico con enfoque en productos extremadamente económicos.

Denuncias de trabajo forzado y explotación

Shein esta bajo la lupa, mucho mas que Temu, aunque ambas han recibido denuncias de trabajo forzado y explotación. En 2022, una investigación del medio británico Channel 4 reveló que empleados de fábricas proveedoras de Shein trabajan hasta 18 horas diarias, 7 días a la semana, sin días de descanso y con salarios bajísimos. A su vez, organizaciones como Amnistía Internacional han advertido sobre el riesgo de que Shein esté vinculada indirectamente a fábricas que emplean trabajadores uigures en condiciones de trabajo forzado en la región de Xinjiang, donde la ONU y otros organismos han documentado violaciones sistemáticas contra esta minoría musulmana.

El Departamento de Trabajo de EE.UU. y la CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza) mantienen una lista de productos prohibidos provenientes de Xinjiang por estar vinculados al trabajo forzado. Pero, cabe mencionar que aunque Estados Unidos prohíbe por ley la importación de productos fabricados con trabajo forzado en Xinjiang, muchas empresas eluden esta restricción mediante vacíos legales, estructuras de terceros y falta de transparencia en las cadenas de suministro. Se sabe que en el año 2023, EE.UU. retuvo miles de cargamentos sospechosos de tener vínculos con Xinjiang.

Temu y la opacidad que la rodea

Aunque Temu aún no acumula denuncias tan graves como Shein, expertos han alertado sobre su modelo de cadena de suministro opaco y presiones laborales dentro de la empresa matriz Pinduoduo. Y Reuters ha reportado problemas de ciberseguridad, condiciones laborales internas tóxicas y falta de auditorías externas confiables.

¿Qué dicen Shein y Temu al respecto de estas graves denuncias?

Las empresas se defienden de las acusaciones, Shein ha afirmado en múltiples ocasiones que “no tolera el trabajo forzado” y que ha iniciado auditorías y mejoras en sus procesos de proveedores. No obstante, los informes independientes contradicen la transparencia de estos esfuerzos. Y Temu, por su parte, ha guardado silencio frente a muchos de estos señalamientos, y su corta existencia no ha impedido que se genere preocupación global sobre sus prácticas.

¿Por que debe importarnos todo esto?

Cada vez que compramos un producto de estas plataformas, podríamos estar contribuyendo, sin saberlo, a una red global de explotación laboral. La moda ultra rápida y económica, no solo contamina el medio ambiente, sino que en muchos casos explota a personas vulnerables, sin garantías mínimas de dignidad humana.

¿Qué podemos hacer nosotros, como consumidores?

Lo primero es investigar antes de comprar. Apoyar marcas transparentes, aunque sus productos cuesten un poco más. Porque debemos tener en cuenta, que con cada compra que hacemos podemos estar contribuyendo a que personas estén trabajando en condiciones de esclavitud. Difundir información como esta en nuestras redes y conversaciones, para crear conciencia en las personas que nos rodean. Y Preguntarnos si ¿vale la pena ahorrar unos dólares si eso implica el sufrimiento de otro ser humano?

El precio de una prenda o producto no debería medirse solo en dinero, sino también en el costo humano que hay detrás. Si queremos un mundo más justo, tenemos que mirar más allá del precio y ser parte de un consumo ético e informado.